lunes, 29 de diciembre de 2008

año viejo, año nuevo

hoy 31 de dic de 2008
siendo las 8:28 de la noche en la ciudad de Guadalajara, Jal.
me he sorprendido a mi mismo, en lo que llamamos... melancolía de fin de año.
Y no es para menos, la época se presta para estar un poco melancolico (que no es lo mismo que estar triste, ni deprimido). Es una época un tanto extraña, los dias se acortan, la oscuridad se posa sobre nuestras cabezas con rapidez... el frío, nos recuerda lo frágiles que somos, lo vulnerables, lo enfermables que somos.
Ademas, siempre que termina un año, nos encontramos (inevitable e ineludiblemente) con la necesidad de revisar. sí; revisar, pensar, reflexionar, anhelar, soñar, recordar...
revisamos, pensamos, reflexionamos, anhelamos, soñamos y recordamos, un ciclo que termina, que se escapa de nuestras manos, de nuestro entendimiento. Desarrollamos un dejo de tristeza, pero a la vez, de esperanza.
Pensamos en el año que se nos fue, en la cosas que hicimos, en las que dejamos de hacer, y por supuesto, en aquellas que debimos de haber hecho.... "bajaré de peso, conoceré el amor, viajaré" son promesas o, mas bien dicho, propósitos que nos solemos hacer al iniciar el año.
La palabra propósito, es probable que venga de proponer, lo que hacemos es una propuesta, una puesta de algo, un plan, un proyecto... a final de cuentas, una promesa.
Nos prometemos a nosotros mismos que seremos mejores, que tendremos nuevos (o quizás viejos) planes, que terminaremos lo que empezamos en tiempos pasados...
y así, inconscientemente intuimos, que seguimos en el camino, que este tiempo, es tiempo de repensar, reflexionar, en aquellas promesas que iniciaron en un punto de nuestras vidas.
¿que cuándo inició ese caminar? hummm... ps eso si quien sabe, pues ni siquiera sabemos cuando inicia un ciclo y cuándo termina otro.
Los ciclos son intangibles, inalterables, inacabados...
Así que pensando en lo que fui, me consuelo pensando en lo que soy, en lo podré ser, o seré o pude haber sido...
sí. cuando pensamos en lo que somos y en lo que fuimos y en lo que, quizás si el tiempo y las Eneidas nos lo permiten, seremos algún día. Podemos visualizar, creer o anhelar cosas nuevas, diferentes (o pasadas, quien sabe)...
asi que, por eso... yo ya no me prometo nada, prefiero vivir al estilo estoico (aunque sé que estamos en extinción), es decir, superar la fatalidad del destino y permanecer el mayor tiempo inmutable ante los cambios, los términos en los ciclos. En evitar, siempre que pueda, la melancólica ansiedad que genera el despedirse de un año, de viejos o nuevos propósitos...

pensamientos

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